CARAS y CARETAS.

Actualidad en onda retro.

Por Daniel do Campo Spada.

Desde su tapa, la revista CARAS Y CARETAS remite con una onda “retro” a su origen de 1898, donde marcó lo que para muchos significó el nacimiento del periodismo moderno. Hasta allí, toda la prensa era apenas un apéndice de la actividad partidario-proselitista y cada publicación respondía directamente a una agrupación. La revista que mencionamos en este artículo, mas otras experiencias como la del diario La Razón en su versión inicial en 1905, comenzaron a romper el cascaron de un periodismo independiente por si mismo y no como un matiz más de un dirigente político.

Si alguien debía relanzar uno de los títulos mas significativos de nuestra prensa, no podía ser otro que un historiador. Felipe Pigna, que ha alcanzado gran repercusión en la divulgación de la historia argentina es el responsable de una misión doble. Por un lado, cubrir la actualidad cultural de nuestra sociedad presente y por otro tener un pie permanente en aquel pasado de gloria. La tarea no es fácil, porque muchos de los elementos que hicieron de Caras y Caretas un éxito en su primera época hoy ya no se dan. En aquel momento, había pocos títulos serios (sin entender esto como un calificativo de humor) y la mayoría eran efímeros. Aunque los medios de transporte en los albores del siglo XX comenzaban a mejorar aceleradamente, tuvo que pasar casi un siglo para que los humanos se puedan trasladar de una punta a la otra con cierta naturalidad como en nuestro presente, por lo que aquellas fascinantes crónicas de guerras lejanas o comunidades extrañas ya no son lo que eran. Con mucha facilidad, nuestra sociedad globalizada accede a ello en abundancia, matando el germen de la sorpresa. Por otra parte, está desapareciendo la bohemia intelectual que se sienta a analizar el mundo. La Avenida Corrientes y algún que otro centro cultural arañan la nostalgia por un tiempo que añoramos quienes supimos disfrutarlo.

De todas formas, en su primer número, que llega con un CD lleno de tapas clásicas, la edición brilla por su calidad de exportación, sin discriminar las nuevas técnicas de edición. En definitiva ello es mantenerse fiel, ya que los fundadores originales eran personas modernas, atentas a esas nuevas tecnologías que comenzaban a surcar el planeta, sin desatender las urgencias de las desigualdades sociales. De todas formas, algo permanece igual en muchos aspectos, porque en el país que pretende analizar, aunque pasó de todo, cien años después está todo por hacerse.

Caras y Caretas. Nº 44. Cuarta Epoca.

Director: Felipe Pigna.

Editor: Víctor Santa María.

Fundación Octubre.